Mauricio Contreras Sánchez

Si hay algo que me parece inolvidable es la vivencia de los inicios.

  • La primera vez que sientes la confianza y la lealtad de un amigo/a y por tanto, también el primer desengaño.
  • Sentirse perteneciente o reconocido/a.
  • Visitar un lugar nuevo y el viaje que conlleva. La primera vez que montas en tren, en coche, en avión o en barco.
  • La primera vez que te bañas en el mar o tocas la nieve.
  • La primera vez que pruebas un helado, una golosina, chocolate, fresas…
  • La primera vez que me das un beso a una chica o chico y que sales con amigas/os.
  • La primera vez que te quedas solo/a en casa. Que cocinas.
  • La primera vez que inicias un empleo.
  • Que acudes a un concierto de tu artista favorito/a.
  • La primera vez que escuchaste esa música, bailaste agarrado/a y sentiste la conexión con otra persona.


También me fascinan los atrevimientos ligados a la juventud.

  • Teñirse, rizarse el pelo, ponerse cresta o dibujos en la cabeza.
  • Vestirse de manera extravagante y atrevida.
  • Pintarse las uñas o no.
  • Ponerse pendientes, tatuajes.
  • Llevar la camiseta de tus ídolos o con mensajes escritos.
  • Hablar, defender las ideas y pensamientos propios.
  • La rebeldía.

Lo más maravilloso de la infancia y adolescencia es la intensidad y emoción con las que se viven las cosas, sobre todo las nuevas.

Nunca es tarde para generar nuevas experiencias que nos hagan sentir vivas/os.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *